domingo, 25 de abril de 2010

y para ponernos románticos



Lionel Richie - Hello

jueves, 15 de abril de 2010

Es obligación de la escuela formar ciudadanos

"Es obligación de la escuela formar ciudadanos". Pues sí, este lema es escuchado una y otra vez en los medios y de alguna forma no deja de ser un enunciado "cliché". Pero estamos en tiempos electorales y lo que les paso a continuación es un artículo publicado por Luis Jaime Cisneros, un texto que nos lleva a reflexionar sobre la tarea del educador, no una tarea que debe quedar en clichés (valga la redundancia), sino que realmente debe ponernos en una posición de crítica y reflexión.

La República”. Lima, 11 de abril de 2010

 

Reflexionar: tarea de la escuela

Luis Jaime Cisneros

 

Materiales para otra morada fueron los que reunió Basadre para ayudarnos a reflexionar sobre el Perú. Pienso hoy en los jóvenes que han terminado su Secundaria o que están iniciando su vida universitaria y votarán este año para alcaldes, para más tarde votar para presidente de la República. Ahí están impedidos de acertar a elegir porque, en realidad, están inhabilitados para reflexionar. Y lo importante es que tienen que reflexionar, inteligentemente, puesto que la responsabilidad del voto exige que el ciudadano emita un voto razonado, respaldado por la inteligencia y no por el azar. Por eso he pensado cuánto les habría servido a los ciudadanos noveles de hoy revisar las páginas de esa revista ‘Historia’ con que Basadre alertó e instruyó a mi generación. ‘Historia’ fue ciertamente para nosotros cátedra abierta y tribuna de civismo. En ella nos fuimos adoctrinando y reafirmamos la convicción de que la jornada electoral que se avecinaba (que era la del 45)  exigía de nosotros, puesto que se trataba de nuestra inmediata responsabilidad cívica, estudio y reflexión. Votar era un signo de mayoría de edad, pero había que asumir esa realidad desde una perspectiva pedagógica, que la escuela había descuidado de prevenir. No se trata de ayudar a que, con el voto, alguien alcance el poder. No es el poder lo que debe preocuparnos con motivo de las elecciones. Se trata de pensar en el gobierno. Por eso no había que dejar todo librado a la improvisación, sino que había que meditar. Basadre nos proponía tener presente que éramos testigos del avance del petróleo, de las carreteras, y sobre todo, de lo que significaba por entonces la aviación. Después nos hemos enterado de cuánto significaron para el siglo las investigaciones de Heisenberg y Bohr, lo que significó el descubrimiento de la penicilina. En buena cuenta, Basadre nos prevenía el triunfo de la tecnología y el abatimiento del homo humanus por el homo economicus. Preocuparse por el futuro, con el pretexto de una elección presidencial, nos advertía Basadre, era preocuparnos por “lo que van a ser los peruanos y por lo que va a ser el país”. El ‘ser’ de cada uno de nosotros era parte constitutiva del ‘ser’ del país. Había que reflexionar sobre lo que estábamos por vivir, lo no vivido todavía: ese era ‘el país venidero’. La estrategia pedagógica con que Basadre dirigía la revista justificaba que, de cuando en cuando, la revista reiterase la publicación de algunos trabajos. Lo que Basadre dirigía era una revista de ideas, y uno de los deberes fundamentales era sembrar en los lectores la certeza de los tres grandes deberes que debíamos cumplir. Jorge Basadre era fundamentalmente un maestro empeñado en hacer del Perú nuestra mejor preocupación.

 

Ahora que a más de 60 años, releemos sus palabras, renovamos nuestra certeza de que Basadre nunca pensó en modificaciones parciales ni anecdóticas. Consciente fue que necesitábamos una reforma radical (que está pendiente, si sabemos leer bien en las páginas de nuestra historia). Hoy en el 2010, en que la corrupción es un tema frecuente de todo comentario en los medios de comunicación, conviene meditar sobre esto que decía Basadre (1944, número 7 de la revista): “Vemos ambular ejemplares humanos que juegan con las palabras, simulan creer en ideales, entonan a veces los cánticos de la liturgia –religiosa, política, intelectual, profesional–pero en lo íntimo son esencialmente cínicos o escépticos. Un inmenso aparato de mentira convencional les sirve de guarida y trampolín. Por más que gesticulen y que aparentemente les vaya bien, están podridos. Son los venales natos. Si ejercen la magistratura subordinan sus fallos a consideraciones del poder político o económico, aunque hablen campanudamente de la justicia y el derecho”.

 

Esto que me mueve hoy pensando en los egresados de Secundaria y los nuevos ‘cachimbos’ que votarán por primera vez sin haber recibido información clara sobre la responsabilidad que están asumiendo, pienso que debería ser obligada tarea de todo centro escolar.

 

La excusa (y su justificación) se expresa de esta sencilla afirmación: es obligación de la escuela formar ciudadanos. Y si una de las obligaciones del ciudadano es el voto, no puede estar librado el voto a la improvisación o al desconcierto. No es que nos debe decir la escuela cómo y por quién votar. Nos debe explicar por qué debemos reflexionar sobre nuestra historia republicana antes de emitir el voto. Y si a mí me preguntaran cómo se puede colaborar en esa tarea, sugeriré proponer la tarea (libre, no dirigida, abierta al azar) de ‘Historia’, esa revista que fue para nuestra generación estímulo para reflexionar sobre el Perú.

jueves, 8 de abril de 2010

"Discrepar es otra manera de aproximarnos" (A.F.G.)

Leyendo esta carta escrita por Alberto Flores Galindo, me hago una pregunta: ¿Cómo estamos 20 años después?

Esta carta fue escrita a pocos meses de las elecciones de 1990, en mi opinión, una de las elecciones más polarizadas y donde la presencia de las acciones terroristas de SL (sobretodo) y el MRTA fueron cada vez más evidentes a los ojos del más ingenuo político limeño.

El rumbo del país en estos años más o menos lo sabemos, el gobierno de Fujimori fue el claro ejemplo de la imposición liberal al extremo más enfermizo (liberalizó incluso el servicio de transporte público). El camino de los gobiernos de Toledo y García nos han demostrado que el poder está interesado en capitalizar cualquier espacio o fuente de recursos del país. No supieron (ni saben) escuchar el reclamo de la población de todas las regiones en el Perú. Se descentralizó el país en términos juridiccionales pero no se respetan ciertas libertades. En definitiva, ya no tenemos potestad para decidir nuestro rumbo, ¿o la tenemos?.

Me parece que esta carta escrita hace 20 años nos permite reflexionar sobre nuestro papel como "intelectuales". ¿Qué ha sucedido en estas dos décadas? ¿Acaso habremos dejado nuestro rol de compromiso para silenciar nuestras voces cada vez que vemos o escuchamos atrocidades ejercidas desde el poder? Todo lo sucedido en la dictadura de Fuijimori no lo comentaré ahora pero creo que sirvió de colchón para construir lo que tenemos hoy en día.

¿Todavía queda una esperanza? ¿Es posible pensar una dimensión utópica? ¿Podremos pensar con creatividad un país distinto? Quisiera creer que la tarea como "científicos-sociales" aún está inmersa dentro de una lógica crítica y que apuesta por una alternativa de país, pero ¿en estos 20 años qué se ha logrado? Si no se ha logrado mucho entonces, y de haberse perdido la crítica ¿ya se habrá trazado un camino opuesto al que postuló Alberto Flores Galindo ó seguimos sin trazar caminos definitivos? ¿Acaso las protestas constantes no nos dicen lo mismo que hace 20 años, es decir, que no los estamos escuchando?

Tenemos una tarea

http://www.scribd.com/full/29170467?access_key=key-n0xezmjt76826r33qbi

Reencontremos La Dimension Utopica_Carta a Los Amigos-Flores Galindo